FICHA TÉCNICA
Distancia a recorrer: 18,2 kms.
Duración: 7 horas.
Desnivel acumulado: 985 metros en subida y 1517 en bajada.
Dificultad: media-alta.
Guías: Juan Calvarro y Ángel Sánchez
DESCRIPCIÓN
Se trata de una ruta de media montaña que arranca en el Puerto de Martiago, en la linde que separa Extremadura de Salamanca. Comenzamos recorriendo una pista forestal que atraviesa un bosque de pinos de repoblación para luego tomar un sendero de montaña recientemente señalizado hasta alcanzar el collado que sirve de paso natural entre la Sierra de Gata y la alquería hurdana de Las Erías, justo por donde cruza otra ruta que une esta alquería con Robledillo.
Acometemos la inevitable ascensión a la Bolla Grande a través de un enorme cortafuegos. Esta zona limítrofe entre comunidades autónomas está dominada por un paisaje muy degradado de repoblaciones forestales de coníferas que ha sufrido una sucesión de incendios forestales iniciada en los años 70. Se trata de un paisaje de montaña formada por materiales paleozoicos, esencialmente estratos de pizarras las cuales presentan inclinaciones que delatan viejos plegamientos arrasados por la erosión. Nuestro objetivo será alcanzar la cima más alta de toda la Sierra de Gata, con una cota máxima que supera ligeramente los 1.500 metros.
Uno de los alicientes de esta ruta son las impresionantes vistas que se dominan desde la Bolla Grande, una montaña que presenta un perfil redondeado modelado por la erosión. En una mirada de 360º divisamos las Sierras de Béjar y Gredos al Este; al oeste, la Serra da Estrelha o el Jálama en el límite extremeño-salmantino; al norte, además de la comarca del Rebollar, Ciudad Rodrigo al fondo; al Sur, las vegas de Coria o Moraleja en el valle del Alagón y más al fondo, las montañas de cuarcitas de Extremadura entre las que destaca la sierra de Montánchez. Justo al lado de nuestra cima, aparecen diversos valles de la comarca de las Hurdes y la Sierra de Gata con la cuenca alta del Río Mayas, único río extremeño que vierte a la cuenca del Duero.
Bajamos hacia Robledillo, con cuidado, por un ancho cortafuegos hasta llegar al alto de su puerto en el sitio llamado Golosa. Aquí tomamos durante un tramo el viejo camino de piedra, la llamada calzada "romana" que serpentea en zig-zag bajando paralela al río Árrago desde el mismo nacimiento de éste. Un poco más adelante abandonamos el camino empedrado para tomar el camino de la ermita de Santo Tomé, que nos lleva hasta la piscina natural de Robledillo de Gata, uno de los pueblos más bonitos de nuestro país. Su entramado serrano, sus esbeltas casas de pizarra y las calles estrechas, pasadizos y voladizos hacen de Robledillo uno de los pueblos más cotizados para el creciente turismo rural.
Desde el pueblo subimos por un sendero empinado en zig-zag siguiendo el trazado GR-10 hasta alcanzar la divisoria de aguas que da paso a la comarca de las Hurdes. Bajamos por el antiguo camino de mulas para visitar el Chorritero, una de las cascadas más bellas de toda la región. Desde aquí llegamos a la localidad de Ovejuela entre huertos abandonados y bancales de olivares.
Ovejuela tampoco ha sido ajeno al fenómeno del turismo rural. La emigración al norte de la península y los alojamientos rurales han conseguido superar la imagen hurdana de pobreza, miseria y aislamiento de este anejo de Pinofranqueado. Visitaremos el pequeño museo de la miel, que era uno de los escasos productos que los hurdanos podían exportar a las tierras de Castilla -como ellos llaman a las comarcas salmantinas del Rebollar y Agadones-, a través de caminos, veredas y senderos pateados por mulas cargadas miel o frutas de temporada en la ida y de trigo o patatas en el de vuelta.
